Rajoy, si no mueves pieza te cae la bandera

En las partidas de ajedrez hace poco se medía el tiempo de cada jugador con un doble reloj analógico. En el punto más elevado del reloj venía ubicaba una pequeña bandera que marcaba la finalización del tiempo. En el campeonato del mundo el ritmo era de dos horas y media por jugador para las primeras 40 jugadas. Si dedicabas a pensar más tiempo de la cuenta, habías perdido la partida por caída de bandera.  Ahora, aún con relojes digitales y procedimientos, a la pérdida de la partida por tiempo se le sigue llamando “caída de bandera”. Es un símil que se le puede aplicar a nuestro presidente Rajoy, ya que parece que se le cae la bandera. En el ajedrez hay una forma más digna de perder la partida: derribando tu propio rey. Cuando un jugador analiza la situación y ve que la partida está perdida, vuelca el rey para decir que abandona la partida. Es una forma digna de perder.

Entre Rajoy y Cataluña estamos asistiendo a una partida en la que se maneja desprecio, humillación, burla e incomunicación entre jugadores, como también entre administraciones, fuerzas de seguridad… Se trata de posturas de gran enfrentamiento con ataques desproporcionados y fuera de lugar, siempre iniciados por el mismo jugador: los nacionalistas, que ahora gobiernan en Cataluña. Por poner un ejemplo, hace solo un par de días han presentado un documento propuesta de Ley de Transitoriedad, para la desconexión, que incluye un borrador para la constitución de una república catalana. Se atreven a solicitar que los catalanes mantengan las dos nacionalidades, que se expropien edificios y terrenos propios del Estado, e incluso que se les perdone la deuda, esa gran cifra de la comunidad más endeudada, que ha tenido que gastar una fortuna para financiar innumerables acciones para el secesionismo.

Cataluña viene de usar un atentado terrorista para la proyección internacional de su apuesta secesionista. Todo tenía un único fundamento: la diferenciación, la que ha originado muertos que se podrían haber evitado. Periodistas y medios de comunicación  de todo el mundo que se han visto desbordados por este salvajismo. La realidad es que estamos haciendo el ridículo más espantoso, aunque no sabemos bien si lo están haciendo los nacionalistas catalanes o lo estamos haciendo el resto, el conjunto de españoles. O puede que sea el Gobierno de España, por dejadez y desatención. El tiempo pasa y se avecina la caía de bandera.

Los nacionalistas, cada paso que avanzan es un logro añadido, un nuevo punto de partida. No importa que todo proceda de la imposición, desobediencia, manipulación histórica o adoctrinamiento en las aulas ¡Qué gran error fue el de esa transferencia de la educación! La realidad es que cada paso que dan se traduce en que les queda uno menos para conseguir su objetivo. Y ante tanto despropósito, Rajoy y el Gobierno de España solo saben decir… Esto no ocurrirá… Se podrá negociar por aquí o por allá… Aquello está fuera de la legalidad… Los jueces, por su parte, han demostrado que no son capaces de frenar la situación.

Los españoles llevamos muchos años recibiendo desprecio, pero entre el órdago del 1-O y la humillación de lo que ha supuesto el atentado terrorista ya ha alcanzado el límite de nuestra paciencia ¿No era momento de aprovechar para elevar a nivel 5 de alerta terrorista? En el ajedrez, a veces mueves un peón para abrir una diagonal que acaba siendo clave en el plan de ataque ¿Aquí no hay posibilidad de aprovechar oportunidades paralelas, o combinadas? ¿Acaso los secesionistas de la humillación y el desprecio no merecen ya alguna respuesta? Demasiadas líneas rojas desbordadas ¿Cómo que no vale el artículo 155?

Aunque la situación en Cataluña es resultado de un proceso lento que viene de los años 80, el desenfreno nacionalista se intensifica hace unos cinco años, desde aquel pistoletazo que supuso la propuesta de Artur Más por el Pacto Fiscal. No aceptar el Pacto Fiscal no fue ningún logro por parte de Rajoy, porque los ataques múltiples y en simultáneo no han permitido frenar un movimiento que se ha demostrado que no es estático, ahí está el mayor problema, esto avanza de manera vertiginosa  ¡Basta de concesiones! Ya hemos aprendido que si se concede una, detrás de ella vienen cinco. ¡Rajoy! ¡Ha llegado el momento de mover pieza! Tu tiempo se agota te cae la bandera.

Los profesores y maestros son el verdadero ejército, como decía hace poco Antonio Robles en un post. Las transferencias de educación han significado una pérdida irreparable, al haberse perdido el control de la educación escolar y la cultura. Así lo expresaba también hace unos días Pérez Reverte. Todo esto se inicia desde un corporativismo condicionado por el requisito lingüístico, el del catalán, o del valenciano, que tanto está haciendo ahora en nuestra Comunidad, que sigue a rajatabla los pasos de Cataluña. Se van incorporando ventajas a los funcionarios al tiempo que se promueve la lengua y la identidad. Con esa doctrina,cada año más de 100.000 jóvenes alcanzan la mayoría de edad con una visión de la realidad manipulada e inducida. Cada año, por allá por junio, llega una nueva oleada de chicos con una formación sesgada que viene con un concepto de España, país más antiguo y estable de Europa con sus 505 años de historia, en el enemigo número uno del colectivo estudiantil. Esos  jóvenes consiguen el derecho a voto y se va complicando la situación.

Cataluña es la comunidad con mejor situación geoestratégica de España, con recursos naturales de interior, de costa, de turismo, agricultura, logística… Un territorio que, por lógica, debería ser de los más ricos, y realmente es de los más ricos. Pero en todo lugar del planeta contar con mayor renta que la media del país, sea por oportunismo geoestratégico o por otras causas, suele corresponder con una determinada fiscalización, financiación, inversión y reparto. Los nacionalistas sin embargo solo entienden de económías favorables. Es como si en un país se independizaran los ricos. Ya no necesitarían pagar el 50 % del IRPF. Bastaría un ínfimo porcentaje para mantener los gastos de ese supuesto país de ricos ¿Quién no se va a dejar influir por esa manipulación, que además cambia la historia y la realidad identitaria?

Los españoles, ya cansados de la inacción, vemos que nos quieren sustraer un territorio, probablemente el más valioso, el más geoestratégico, ante una amenaza que nadie frena ¿Acaso somos tan cobardes que ni siquiera vamos a mover pieza? ¿Acaso vamos a permitir una fractura de España a la yugoslava? La Comunidad Valenciana y en Baleares están en fase de lo mismo, con muestras evidentes de recibir asesoramiento desde Cataluña, para el mismo objetivo. Desde aquí lo sufrimos de manera muy grave. El furor imperialista catalán es de considerable dimensión ¿También vamos a permitir que esto pase en Baleares y en la Comunidad Valenciana?

En diciembre de 1978, el voto a la Constitución Española tuvo en Cataluña una gran participación del Sí. Las cuatro provincias catalanas superaron con margen el 90 %, mientras que la media española se quedó a menos puntos de esa cifra. Por aquel entonces los adeptos secesionistas eran una escasa minoría, pero con el ejército educativo de profesores y maestros la cosa ha ido cambiando. Y seguirá cambiando.

 Rajoy ¿Tienes alguna estrategia para frenar eso? Se trata de una situación dinámica, que evoluciona, con las oleadas de esos chicos que van alcanzando su mayoría de edad. Rajoy, deja de decir que el 1-0 no se realizará… que otras cosas no se permitirán… Ya hacen falta medidas de peso: el 155, la actuación del ejército, la recuperación del control de las fuerzas de seguridad, un referéndum, sí, pero para que España recupere la gestión de la educación…

Rajoy, asume la realidad: te toca mover pieza. Solo tienes tres posibles opciones, las mismas que en una partida de ajedrez: Esperar a que te caiga la bandera… Abandonar derribando a tu propio Rey en el tablero… O mover pieza. Rajoy, te toca. 

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