Bilingüismo o respeto

Según todas las tesis políticamente correctas, se acepta sin problema que en una ciudad valenciana, catalana, vasca o gallega se usen los topónimos denominados “propios” de ese territorio. Si la mayoría de gente de Lérida decide que nada de castellano, se elimina el topónimo en español de la agenda oficial y no pasa absolutamente nada. Es normal, la mayoría de la gente de ese lugar utiliza ese idioma y no lo quieren en otro. De esa forma, oficializan que desaparezca el topónimo de la minoría.

Hasta aquí nadie se tira de los pelos, ¿verdad?

Supongamos que en una ciudad, el 97% de la población usa una lengua cooficial, y quieren resaltar que esa ciudad se escribe como quiere la mayoría de ciudadanos y contribuyentes de esa localidad.

Es normal que lo hagan. Quieren que se reconozca su idioma, su cultura, etc.

Ahora mantengamos ese mismo supuesto, y digamos que la lengua cooficial es el español. Si se vuelve a leer desde el comienzo ese nuevo supuesto, ya no es tan políticamente correcto, ¿verdad? Ahora es fascismo, querer que desaparezca una pobre lengua minoritaria que nadie usa y nadie quiere aprender, no por animadversión sino por falta de utilidad, por muchos millones que se gasten en Escola Valenciana, autobuses por la lengua, trobades y demás parafernalia (por cierto, pagados con dinero público a través de subvenciones).

Pues si en Valencia la mayoría ha decidido eliminar el topónimo en español, o en Castellón de la Plana, o en Jávea, ¿por qué no se puede eliminar el topónimo de “Alacant” en la denominación oficial? Si la gran mayoría de los alicantinos no hablamos valenciano, y no queremos más imposiciones en la escuela, en la cultura (subvencionada), en las carreteras,…

Es muy sencillo. Se propone, se vota y se cambia. El coste no debe ser prohibitivo, cuando en Valencia, mucho más grande que Alicante, se lo han podido permitir. Es más, como somos muy justos y demócratas (todos, castellanohablantes y valencianohablantes), nos comprometemos a devolver el topónimo valenciano de Alicante a su lugar oficial cuando, por ley estatal o autonómica, TODOS los lugares tengan los dos topónimos en sus denominaciones oficiales. Puedes consultar nuestro post relacionado con los topónimos aquí.

Basta de miedos, de complejos, de cesiones. O se respeta la pluralidad, o se respetan las mayorías.

Pero TODAS.