«Les trobades» de Escola Valenciana: sectarismo, farsa y despilfarro pagado con dinero público
Igualdad Lingüística, ese es el lema que rezaba en la carpa oficial de la Generalitat Valenciana.
El estand se encontraba en el centro de un acto celebrado el sábado día 3 de junio de 2017, organizado por Escola Valenciana, en la localidad de Lorcha, en el norte de la provincia de Alicante, comarca del Condado de Cocentaina o «Comtat». Se podía observar una participación de unas 400 personas. Se trata de una trobada, encuentros organizados por la asociación pancatalanista Escola Valenciana, en los que se incluyen actividades para persuadir a niños y a padres, que permitan inculcar la doctrina sectaria para afianzar la imposición lingüística que ahora nos acecha. Se trataba de la trobada número 19 entre todas las organizadas en este curso académico, y última entre las previstas.
Se trata de una fiesta con un trasfondo político importante
Idiomas y Educación estaba allí, de observadores, para comprobar el acontecimiento. Lo primero que nos sorprendió fue que se trata de una fiesta con un trasfondo político importante, en donde había niños por las calles, con sus padres, con lemas en defensa de una escuela exclusiva en valenciano y en donde se desarrollaban numerosas actividades para el entretenimiento de los más pequeños: puestos donde dibujar, cuenta-cuentos, museo, bailes, cultura popular, tradición, juegos populares, talleres escolares, merienda, música y fiesta con afluencia de visitantes provenientes de la comarca. Parece que suelen convocar a través de los colegios de la zona. Realmente se trataba de una gran infraestructura financiada por el Gobierno autonómico y parece que también por la Generalitat de Cataluña, por la forma de financiación de Escola Valenciana, sin contar con los gastos que supone para el Ayuntamiento, afín a ese movimiento, así como los gastos en personal de protección civil, seguridad, sanidad, infraestructura, etc.
Todos los libros expuestos eran en valenciano, todas las camisetas, banderas, carteles, indicadores, etc. con lemas siempre en valenciano. El castellano estaba desterrado
Por supuesto no hay banderas de España y nadie habla castellano. Cuando nos dirigimos a alguien en castellano para preguntar cualquier cosa, nos miraban como bicho raro. Todos los libros expuestos eran en valenciano, todas las camisetas, banderas, carteles, indicadores, etc. con lemas siempre en valenciano. El castellano estaba desterrado, claramente se trata de un acto sectario en el que se usa a los niños para fines políticos.
Carteles con mensajes sobre las «ventajas» que ofrece el valenciano
En este tipo de actos (otras trobades) se han visto carteles con mensajes del tipo: … la enseñanza en valenciano, como una apuesta de futuro, en un mundo cada vez más globalizado». «En valenciano, crecemos, arraigados al medio, arraigados al conocimiento». Parece claro que quieren aprovechar las debilidades del valenciano para reforzar lo que no tiene. A diferencia del castellano, idioma que sí es global, ellos saben que el valenciano no lo es.
La otra debilidad es que el conocimiento ahora se trasmite digitalmente y en cosa digital no se usa el valenciano. Los autores prefieren llegar a un mayor número de lectores, por lo que el emisor, en Internet, usa lenguas globales. Quizá sea ese el motivo por el que necesitan de la imposición y necesitan usar a nuestros hijos como instrumentos, para privarles de la posibilidad de lenguas globales como única fórmula para impulsar su sectarismo desde la privación de derechos y de libertades.
No se trata de que quieran y puedan vivir en valenciano, sino que les molesta si el resto de la humanidad no lo vive… Los castellanos, sin embargo, no tienen derecho a vivir en castellano
Otra lindeza mencionada desde Escola Valenciana es que «todos los valencianos» tienen «el derecho de vivir en valenciano» y, sin embargo, se ven «obligados a cambiar de lengua». Es decir, ya no se trata de que quieran y puedan vivir en valenciano, sino que les molesta si el resto de la humanidad no lo viva, y se ven en la necesidad de imponer la obligación… dicen, de cambiar de lengua. Por otra parte se deja evidencia que los castellanos, por su parte, no tienen derecho a «vivir en castellano», la desigualdad ante todo.
Reclaman una Ley de igualdad lingüística, que visto con ese nombre hasta se percibe como algo normal y coherente, pero NO. Esa ley realmente es para convertir a quienes no usamos o a quienes no sepamos el valenciano, a usarlo y hablarlo, les guste o no, con absoluta imposición y si no, que lo aprendan o se vayan a otra comunidad. Eso no es igualdad lingüística, se llama IMPOSICIÓN LINGÜÍSTICA y DESTIERRO encubierto.
Expertos en victimismo
Son expertos en victimismo, siempre aluden a la discriminación del valenciano ¿Su solución? La imposición en todos los ámbitos de la sociedad: desde el funcionariado, imponiendo su uso; desde el requisito lingüístico; desde la escuela con el, por desgracia famoso decreto lingüístico, recurrido judicialmente por 9 entidades: asociaciones de padres, entre ellas el Foro por el Derecho a Elegir Lengua Vehicular, en el que participa Concapa, Covapa e Idiomas y Educación, también Fcapa o Federación Católica de Padres de Alumnos; asociaciones de lenguas, como Defensa del Castellano; sindicatos, como Anpe, Csif y Uso; partidos políticos, como Vox y PPCV, y Diputación Provincial de Alicante), y suspendido cautelarmente por el TSJCV.
La farsa de participación en les trobades
Es importante destacar que a pesar de las actividades para persuadir a incitar a la participación de estos actos sectarios, en esta convocatoria solo habría unas 400 personas, entre las que habría que descontar curiosos y observadores. Sin embargo hoy, día 4 de junio, aparece el diari La Veu con que la cifra de participación de ayer fue de 8.000 participantes, y con un dato acumulado de participación de las 19 trobades para un total de 214.000 personas.
Puede comprobarse en este link:
https://www.diarilaveu.com/espai-civic/74279/les-trobades-sacomiaden-amb-mes-de-214.000-participants
Pues vayamos dividendo las cifras por 20, que es lo que ocurrió en el encuentro de ayer. Es decir:
- No fueron 8.000, sino 400 asistentes.
- En el acumulado, por tanto y con esa misma ratio, no fueron 214.000, sino 10.700.
- La media, por tanto de cada trobada, no es de 11.263 sino de 563 asistentes. Ni más ni menos, a pesar de tanta actividad infantil y tanto juego para la persuasión de niños y de padres.
Escrito por un enviado especial de Idiomas y Educación, presente en la trobada de Lorcha.