Cuando una lengua se convierte en el arma principal

Cierto es que la lengua es esencial para nuestra comunicación con los demás. Sin nuestro idioma no entenderíamos el mundo que nos rodea. Hoy nuestros políticos usan las lenguas regionales para crear barreras separando a le gente en vez de unirla. ¿Por qué? Porque a las lenguas minoritarias las han convertido en el arma principal de una guerra política que tiene como uno de sus objetivos dividir a la población.

España tiene, además del castellano, otras lenguas MINORITARIAS. Son lenguas de comunidades específicas que deben ser reguladas de forma que no obliguen, sino que en todo caso se fomenten de manera positiva, sin imposición de ningún tipo.

Ahora mismo los colegios públicos de la Comunidad Valenciana sufren una tremenda imposición lingüística y algunos ya comienzan a adoctrinar.

Hay colegios que imponen el valenciano al máximo. Otros colegios que sustituyen horas de matemáticas por conversación lingüística de valenciano, y en ninguno se puede elegir la lengua vehicular….  Hoy en día recibimos llamadas de padres que preguntan dónde se puede escolarizar a sus hijos en castellano en la Comunidad Valenciana. Nuestra respuesta es que, debido a la política lingüística, es ya imposible.

Si lo piensas bien, hemos llegado a un punto de locura donde los padres están buscando colegios para poder estudiar español en España.

El sinsentido se produce porque hay políticos nacionalistas que han convertido la lengua en un arma. Así, en la Comunidad Valenciana se impone el valenciano y se niega el derecho a estudiar en español a niños cuya lengua materna es el español. Es evidente que si se vive en una comunidad que tiene su propia lengua regional, es bueno aprenderla, pero eso no puede justificar la eliminación del derecho de estudiar en su lengua materna. Es más, la Constitución deja bien claro que el castellano es la lengua común de todos, y todos tenemos el deber de conocerla y el derecho de usarla, de manera que quienes la intentan marginar, simplemente, no cumplen la ley. Lo que no se puede hacer es obligar a estudiar exclusivamente en valenciano, cuando la Constitución dice que ambas lenguas deben convivir. No imponer, ni obligar, ni adoctrinar. No se están haciendo las cosas bien por parte de los políticos valencianos, se ha dado un giro total a los derechos de los padres de elegir la lengua vehicular. La única solución ahora mismo no solo es plantear la necesidad de garantizar que quien lo desee, pueda estudiar en su lengua materna. Puede que también lo sea centralizar la educación para que cada niño y niña, en las comunidades bilingües, tenga los mismos derechos que el resto, tal como recoge la Carta Magna.

No podemos olvidarnos del chantaje que la Consellería ejerce sobre los padres para que acepten la imposición del valenciano en detrimento del castellano, el requisito lingüístico para que sus hijos, en el futuro, puedan ser funcionarios de la administración autonómica.

Si un presentador de televisión evita hablar en la lengua oficial del estado como pasó en la entrevista de À Punt a Jusapol, algo va mal. La gente debería usar la lengua para incluir, unir y entendernos.

Cuando deseas invitar a una persona que no habla tu lengua a tu casa  ¿que harías? ¿Intentarías ser inclusivo? o ¿usar solo tu lengua para que se sienta incómodo?

Yo creo que por sentido común la respuesta es fácil: las lenguas son para unir…. no para separar.

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